lunes, 20 de abril de 2009

no tengo tele



Pues sí, esta es una de mis rarezas. Soy una persona libre y no tengo tele, eso. Por fin lo he dicho.
Desde que era una niña, vivía sujeta a la esclavitud de la primera cadena y el UHF. Veía las series americanas con envidia cuando cogían el mando y empezaban a pasar canales, ¿cuándo llegaría esa maravilla aquí? Y después de esperar tanto tiempo, me vinieran con el Cacao Maravillao, el Hablemos de sexo (con la Ochoa esa repelente) y con el teletienda y la Tienda en casa, que visto lo visto, al menos me hacía reír con el anuncio del Whisper xl o el chino cudeiro de los cuchillos Winchu, o como sea que se llamen.
Me quejaba yo entonces de programas malos, sin que mi mente pudiera llegar a intuir siquiera lo que estaba por llegar. 
Desde que montamos nuestra casa, llegamos a la determinación de no tener televisión. Y, hasta ahora, así se ha cumplido, aunque con ciertas reservas, debo decir. 
Es cierto que hace seis años compramos un televisor en color, de esos muy grandes (aunque no planos), porque no nos gusta la tele que se emite en este país, pero sí muchas películas, de ahora y de las de siempre, y series a las que siempre recurrimos cuando no estamos por ahí cotilleando en la blogosfera: Colombo, House, Los Soprano... son lujos que nos hemos dado para nuestros cuerpos, sin tener que soportar el suplicio de la publicidad, o que por el motivo que sea, esa semana no se emita el capítulo tan esperado.
Por otra parte, somos padres, y claro, no somos padres perfectos. A veces, hay que ponerles a los nenes una peliculita para que te dejen tranquilo, aunque sea para limpiar, cocinar, leer un libro (que hay que cultivarse un poco), o darte una ducha.
La tele es un invento, pero qué mal aprovechado. Bueno, aprovechados muchos se han aprovechado de ella (y valgan todas las redundancias). Y ese es uno de los motivos por los que huimos. No hay cosa que me dé más coraje que en plena comida, a gustito, en familia, con un buen vino, salga el tema del último cutreprograma de la otra noche, donde se tiraron los tiestos a la cabeza una con cara de rana y un calvorota implacable. Que no, que no, y que no. De todas formas, a veces se nos da el caso de que alguien comenta algo, y nosotros, con cierta timidez, decimos eso de mira, es que no tenemos tele, y nos miran con caras de incredulidad y comentan, ¡Que no tenéis tele! y acto seguido, te dicen, no, si yo tampoco la veo, con sentimiento de culpabilidad. 
Me mantendré así siempre que me sea posible, pero los niños van creciendo y sé que nos costará trabajo convencerlos de que es lo mejor para la familia. Espero que por lo menos vean en nosotros un buen ejemplo a seguir.

Y hoy en mi mesa, pongo algo salado: un pastel de espárragos y langostinos. Ahora que llega el veranito y las comidas en la calle, pues viene de miedo. Por cierto, menudo floripondio el del pastel de espárragos. 
Y nada, os dejo, que empieza el Hormiguero y no me lo pierdo. jajajaja. 


14 comentarios:

Jesús Cotta Lobato dijo...

Pues muy bien que haces. En la casa vosotros sois los señores del televisor, no sus esclavos, porque elegís qué se ve y cuándo. Eso es libertad.

ReyVindiko dijo...

¡Ay, esa gran Telepantalla de Orwell invadiendo todos los hogares!
¡Ese gran principio de autoridad: "Lo ha dicho la tele"!
A mí, lo único que me gustaban, eran los anuncios de coches.

Ángeles L. Satorre dijo...

La verdad es que siempre os he admirado por no tener canales que si tele. Debo confesar que en mis tiempos de interina por esos pueblos de Dios, la televisión me hacía "compaña", como decía mi abuela.
Creo que se me ha quedado la costumbre.
Espero algún día conseguir la libertad de esa caja tonta, aunque gracias al iphone cada día soy un poquito más libre.
Un basazo

Mirna dijo...

Pues eso digo yo, Jesús. ¿Te imaginas tomar un café en mi casa viendo el diario de Periquita? Yo no, y la mera idea me horroriza. Además, los niños tampoco nos dejarían: demasiado tiranos, ellos.
Un abrazo.

Mirna dijo...

Reyvindiko, que sé bien que también te gustaba Cheers. Así que a tú salud.

Mirna dijo...

Ángeles, no te preocupes. La tele en circunstancias así es más que necesaria. Ahora, donde se ponga un i-phone, que se quite todo lo demás ;)
Pero si lo que necesitas es desintoxicarte, ya sabes dónde debes acudir.
Un besazo.

Máster en nubes dijo...

Yo te notaba algo y no sabía que era. Y a Reyvindiko también.

Un aura, un aire, un no sé qué...

Narices, no tenéis tele. Qué gente tan inteligente, tan lista, tan estupenda.

Odio cordialmente la tele y en mi casa la tengo (me la ha dejado un amigo, Álvaro) pero afortunadamente no se ve, mejor dicho, se ve 10 minutos y luego la dejas de ver. Soy feliz, no veo tele.

La gente peor está en la tele, lo sé porque he trabajado en Telecinco y no he conocido peor percal que los que hacen televisión.

Y otra de las cosas que ODIO es la puñetera televisión cuando comes, vayas ya donde vayas. Un horror.

O en el dormitorio. Por Dios, si estás sola pues duermes o lees y es que no me puedo ni imaginar en pareja ¿la gente es tonta o qué?

Fuera la tele. Quemémoslas. Todas.

Como tú, series yankis casi todas, bueno, muchas, Frasier para empezar...

Mirna dijo...

Me uno a la quema, es más, pongo yo terreno de sobra para hacerlo Lo malo es que va a haber que recolocar a un montón de parias ;).
Bueno, ya contarás un día eso de Tele 5, eh?

Marta dijo...

No por favor... no queméis la tele¡¡¡ yo como no tengo aura, ni soy tan lista, ni tan especial... Me encanta la tele¡¡¡ jajajaja
No podría vivir sin ella, a veces en casa está encendida simplemente para hacer ruido. Me encanta el zaping, los programas basura (y ahora que empieza ot, estoy emocionadísima) pero lo más: la tele tienda, no os podéis imaginar el poder hipnótico que poseen esos teleanuncios que a las cuatro de mañana te hacen mantener la vista pegada al televisor, mientras inconscientemente te dices a ti misma: "si que lo que yo necesito es un naicer draicer en mi vida"
Ahora más que nunca, la tele me mantiene despierta y en alerta a mis urgencias y eso es de agradecer.

En serio, en esta vida todo es bueno pero con moderación y con cabeza, así que me alegro mucho que no tengáis tele, pero que sí disfrutéis del aparato a vuestro antojo.

Yo seguiré mirando la caja tonta, a ver si algún día me animo y adquiero un excelente aparato que mejore mi vida en la teletienda, jajajaja.
Besos.

Sinestesia Gastronómica dijo...

Un aplauso por vosotros,

Creo que sois de los pocos que no tenéis tele y eso ya os hace especiales, tiene mucho mérito.

Pero, yo estoy con MArta, me encantan las series y ver las pelis de las tardes del domingo tumbada en el sofá, jajaja

Eso sí, en contenidos "la caja tonta" deja mucho que desear, parece que mientras más absurdo sea un programa más audiencia tiene.

Besos

Mirna dijo...

Marta, no se trata de ser especial, ni más listo, ni más ná. Para mí es ser fiel a lo que pienso: si algo no me gusta, no pierdo el tiempo; y si encima creo que le quito mucha bazofia a los míos, mejor que mejor.
Cada cual es muy dueño y señor de sí mismo.
Un besazo, y no te preocupes, dejaremos tu tele para las últimas, junto con la de Raquel.

Mirna dijo...

Raquel, el nivel de la tele dice mucho de la audiencia. Deberíamos ser un poco más exigente, simplemente.
Un abrazo, guapa.

Anónimo dijo...

Bueno que no teneis tele en realidad no es asi jajaj, será que no veis televisión, eso es otra cosa. Es que si teneis termomix,!aipod""aifon""apel" otro "apelcito pequeño"pdea", etc.. pues lo logico es que no podais ver la tele, es curioso, no conozco a nadie que vea la televisión y tenga más de cuatro hijos jajaja

Shadowman dijo...

Yo tengo tele e internet, así que puedo elgir lo que quiero ver y cuándo lo quiero ver. Por cierto hermana, ya puedo mandarte comentarios. Os quiero a todos.