sábado, 19 de diciembre de 2009

Con "un gatoenterito" en el estómago (limonada alcalina)

Mi suegro era único contando anécdotas. Cada vez que nos reuníamos ya fuera junto a un fuego en invierno, o en la terraza, en verano, siempre acabábamos muertos de risa con las cosas que nos contaba.
Una vez, (bueno, muchas veces en verdad porque nos encantaba que las repitiese) nos contó que el marido (o el hijo, no recuerdo) de una señora que vivía por aquellos montes se había puesto enfermo y que fue al médico. Al poco tiempo mi suegro se la encontró y le preguntó por él: "¿Se puede usted creer, Miguel, lo que nos ha dicho el médico? que tiene un gatoenterito en el estómago y que por eso tiene tantos vómitos y diarrea".
¡Ay, Dios mío!, sí, un gatoenterito en el estómago, pues así estamos en casa ahora mismo. Empezó Paloma el jueves por la tarde. Hoy, somos Santiago, Germán y yo; todavía quedan dos por caer, pero esto promete, seguro que no se libran. Menos mal que es cuestión de un día, que si no...
Así que aprovecho para poner la receta de algo muy práctico para estos momentos, la limonada alcalina. Ya sé que hay bebidas de estas isotónicas o como sea que se pueden tomar a cucharaditas en estos casos; pero yo prefiero hacerla de manera natural.

Ingredientes:
- 300 ml de zumo de limón
- 600 ml de agua
- 1/2 cucharadita de café de sal
- 1 cucharadita de café de bicarbonato
- 3 cucharadas soperas de azúcar.

1. Ponemos a hervir 5 minutos el agua y mientras vamos exprimiendo los limones.
2. Cuando el agua esté templada añadimos el resto de los ingredientes y removemos bien.
3. Tomar a sorbitos pequeños o a cucharaditas.

Espero que nos sirva. A mí no me gusta nada, pero a Yago no le parece tan malo, acostumbrado como está a los caramelos estos como el escalofrío.

Y lo del gatoenterito en el estómago, la verdad es que la mujer no iba tan desencaminada, porque nos sentimos como si lo tuviéramos de verdad.