lunes, 27 de abril de 2009

El Paseo del Colesterol




Bienvenidos de nuevo. He estado una semana retirada y no precisamente con descansada vida, huyendo del mundanal ruïdo, sino todo lo contrario. Una vez al año, Reyvindiko y yo somos llamados a colaborar con nuestra parroquia dando catequesis de cursillos prematrimoniales, así que matamos dos pájaros de un tiro, por un lado compartimos nuestra experiencia y, por otro, aprendemos mucho de lo que otros tienen que decir al respecto. 
Hoy el postre que os traigo entraría entre lo que suelen denominar como light: un flan de horchata hecho con leche desnatada. Lo serví el verano pasado bien frío, acompañado de gelatina de café bien cargadito. Hubo opiniones de todo tipo. La mía, ¿qué os puedo decir? no me gusta la leche, así que todo queda dicho. Pero ¿por qué lo traigo? Pues porque se acerca el buen tiempo, al menos por estos lares del sur, y me llama la atención especialmente cómo la gente se lanza a la calle para intentar bajar esos kilitos de más que se centran especialmente alrededor de nuestras caderas. Se está convirtiendo en deporte nacional: salir a andar.
Esta actividad está teniendo especial eco en mujeres de una cierta edad. Me encanta cuando voy al trabajo (en coche, por supuesto) y veo esos grupos de cinco o seis mujeres, ataviadas con su ropa y zapatillas de deporte, andando a paso muy ligero, con un vaivén de brazos fundamental para ejercitar otras partes del cuerpo. Son fieles, excepto los días de lluvia todos los días, a la misma hora, las veo poniéndose las pilas con una energía que ya quisiera yo para mí. Hay un grupo en concreto que veo todos los días y a las que llamo las siete guerreras del Apocalipsis.
En la localidad donde vivo, incluso han hecho un paseo de un kilómetro y medio llamado Camino del colesterol (puede que en vez de Camino, sea Paseo, no sé) y desde que lo han hecho se puede ver, a todas horas del día distintos tipos de personas poniendo su cuerpo a tono. Por la mañana temprano, lo normal es ver algún deportista en pantalón corto haciendo lo que aquí tan horteramente llamamos footing; a esa hora, como dije antes, los grupos de señoras mayores aunque ágiles, con polares y bufandas si hace frío, o camiseta simplemente si hace calor, se hacen dueñas y señoras del paseo. Más avanzada la mañana  son lo abueletes los que vienen a andar un ratito y a sentarse en los bancos charlando y observando el tráfico. A mediodía, si es verano, os aseguro que no hay quien tenga narices de pasear. Ya habrá que esperar a que con la fresquita el paseo vuelva a ser transitado. A estas horas pues encontramos todo tipo de personas: señoras, abuelos, abuelas, deportistas y padres con niños pequeños en triciclos y cochecitos.
Yo, personalmente, envidio a estas señoras que salen todos los días, y me fijo en que algunas, las que posiblemente acompañen su ejercicio de una dieta, van bajando de volumen poco a poco y van dejando atrás en el paseo a alguna compañera que quizás se ha metido una viena entre pecho y espalda con un buen café antes de salir. Posiblemente yo sería de estas del bollo. Intentaré hacer propósito y, por lo menos, ponerme un ratito con la Wii Fit, para que al menos no me diga nadie que no lo he intentado.
Que tengáis una buena semana. 


12 comentarios:

Ángeles L. Satorre dijo...

¡Ay cómo envidio a esas mujeres y a su fuerza de voluntad!
Yo intento hacer ejercicio con regularidad, pero a lo más que llego es a jugar un día a la semana al paddle, aunque con lo pésima que soy, estoy todo el rato agachándome a recoger pelotas. Bueno, tengo el consuelo de que eso también es ejercicio ¿no?
Mirna, cuando quieras estás invitada a jugar con nosotros al paddle, que el ejercicio acompañado es más ameno y llevadero.
Besos

Mirna dijo...

Muchas gracias, Ángeles. la verdad es que me haría ilusión. A ver si podemos solucionarlo.
Un abrazo.

Migsan dijo...

ME ha echo mucha gracia lo de el camino de colesterol, aqui donde vivo la llamamos la avenida del colesterol jajajajaja, me alegra volvere a leer.

Mirna dijo...

Muchas gracias, Rosa. A mí sí que me da alegría verte por mi casa.
Madre mía, Avenida del colesterol... jo, aquí lo llaman camino porque no llega a dos kilómetros, ahora lo de avenida debe asustar eh.
Un abrazo.

Marga dijo...

ainsssssssssssss menudos recuerdos me has traido, cuando vivía con mis padres, durante una temporada pertenecí a uno de esos grupos del paseo del colesterol.
Como estaba en paro, me iba por las mañanas con mi madre y sus amigas a dar "el paseo", ríete tú pero el paseito consistía en ir hasta el pueblo de al lado que está a unos 4 kilómetros y volver , os puedo asegurar que los primeros días fueron una auténtica paliza, no veas la marcha que tenían, pero luego se pone una en forma y se acaba "enganchada" al paseo. Cuando empezé a preparar las oposiciones y ya no podía ir con ellas, no veas como lo echaba de menos, por el paseo y por la complicidad que se creaba en el grupo.
Muchas gracias por traerme esos recuerdos. Ah, y me como un buen pedazo del flan, junto con la gelatina, porque no sé si recuerdas que a mí el café me pierde.

Muchos besos, y me alegra que estés de vuelta.

Monica dijo...

es curioso Mirna, yo creo que en todas las ciudades hay un camino del colesterol, por aquí también, pero me gusta mas donde tengo mi casita de campo, menos humo y mas vegetación, igual este finde me animo cuando venga mi vecina a buscarme, que es a eso de las 7:30 de la mañana, que digo yo ¿ creerá que se va a borrar la senda del colesterol? anda ya la he bautizado, veras cuanto nos da que hablar tu entrada.
Me alegro mucho volver a leerte y no me extraña que os reclamen para ese cursillo, sois una pareja ejemplar .
Un besazo.

Mirna dijo...

Marga, por cierto, ¿quién me daría la receta de la gelatina de café?
Ya decía yo, esta chica tiene algo especial: anda que no, 8 km todos lo días; eso imprime carácter.
Un beso muy fuerte, guapísima.

Mirna dijo...

Mónica, te aseguro que si vienen a buscarme a esas horas, vamos, ni colesterol ni leches, va su tía Paca sola. Anda que no.
Y lo de pareja ejemplar, bueno, me has puesto colorá y todo, pues como todo el mundo, también tenemos nuestras cosillas, pero intentamos que sean las mínimas.
Un besazo y acuérdate de mí en tu paseo (yo estaré acostadita). Por cierto, este fin de semana tenéis algo que celebrar ¿no?
Un besazo.

ReyVindiko dijo...

Hay enfermedades que no hay por donde cogerlas, pero esta del colesterol te invita a pasear, a estar con amigos y dedicarte un poco de tiempo a cuidarte. No será tan mala entonces.
Recuerdo a un tipo que se puso una banderita española con una Ñ y se recorrió toda España a patita, para defender nuestra letra más nuestra, y valga la redundancia.
Pero como yo me meto aquí para decirte piropos y no enrollarme demasiado: a mí lo que me gusta es perder el colesterol contigo, sea paseando o de cualquier otra forma.

Mirna dijo...

Pues vamos, contigo diciéndome esas cosas, el colesterol no me sube, pero los colores y los calores, anda que no. Bueno, tú sabes que yo te tengo sin colesterol, que te mantengo con una comidita muy sanita para que no te suba na de na. Pero vamos, que para pasear contigo siempre estoy dispuesta.
Un beso.

Monica dijo...

Me acabas de dejar con la boca abierta, no me lo puedo creer Mirna eso es memoria y lo demás tontería.
Voy a digerirlo jajaja
Un besazo.

Máster en nubes dijo...

Dicen que para el colesterol es peor tener un jefe malo que lo que comas ;-)

Claro está que lo del jefe a veces no se puede cambiar.

Si la causa de tu ausencia fue tan buena... pues nada, viviremos sin ti de vez en cuando ;-)

Un abrazo, hermosa
Aurora